El fenómeno de "la punta de la lengua", se refiere a una anomalía en el recuerdo que se produce cuando estamos convencidos de que conocemos perfectamente una palabra pero no podemos "recuperarla".
Se suele producir cuando las conexiones entre los nodos léxicos y fonológicos de la palabra se debilitan por un uso infrecuente de la misma.
Los intentos de intentar recuperar la palabra deseada no son nunca al azar puesto que las palabras que vienen a nuestra mente siempre tienen alguna relación con la palabra deseada (empiezan por la misma consonante, tienen las mismas vocales o son palabras sinónimas).
El fenómeno suele ser más frecuente con nombres propios, en el lenguaje oral, bajo situaciones de estrés o agotamiento, que se incrementa su incidencia con la edad.
Se suele producir cuando las conexiones entre los nodos léxicos y fonológicos de la palabra se debilitan por un uso infrecuente de la misma.
Los intentos de intentar recuperar la palabra deseada no son nunca al azar puesto que las palabras que vienen a nuestra mente siempre tienen alguna relación con la palabra deseada (empiezan por la misma consonante, tienen las mismas vocales o son palabras sinónimas).
El fenómeno suele ser más frecuente con nombres propios, en el lenguaje oral, bajo situaciones de estrés o agotamiento, que se incrementa su incidencia con la edad.
El recuerdo de la palabra está ahí, pero no es lo suficientemente fuerte como para que podamos acceder a él. Las preguntas de índole emocional aumentan las posibilidades de que esto ocurra y, por lo general, la respuesta nos viene a la mente un rato después o varias horas más tarde.
No hay buenas o malas memorias, si no buenas y malas técnicas para memorizar. Además que nuestro cerebro da prioridad a recordar lo que es importante; si algo no lo es, ¿para qué recordarlo?
Y es que es importante ejercitarlo para prevenir esa falta de memoria.
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